Estas diseñadoras conquistan con sus piezas a caballo entre arte, artesanía e innovación
Este año Tessa y Tara Sakhi están cosechando los frutos de un trabajo arduo y serio. Han presentado sus vasijas Jurat, el resultado de tres años de su trabajo experimental con vidrio de Murano soplado a mano y residuos de metal reciclado, en una muestra en Venecia. También han exhibido Londres sus mesas Reconciled Fragments, un proyecto con la parisina Galerie Gosserez en la feria PAD London, una colección de piezas que también ha estado en la París Design Week. Pero no siempre ha habido buenas noticias. Como otros creadores libaneses, se vieron afectadas por la explosión que devastó parte de Beirut en 2020. Ello, sumado a la crisis económica en este país de Oriente Medio, les llevó a mudar su estudio multidisciplinar a Venecia. De madre polaca y padre libanés, ambas nacieron en Beirut, Tara en 1989 y Tessa en 1991; y las dos se formaron en arquitectura, pero sus creaciones abarcan también el diseño de interiores, el diseño de producto, el urbanismo, el arte y el cine.
¿Influyen estas raíces mixtas en vuestro trabajo?
El mestizaje ciertamente influyó en el carácter híbrido de todas nuestras obras, la herencia que cada cultura nos ha transmitido, las preguntas que nos hacemos sobre la noción de identidad de cada proyecto y cómo estas raíces mixtas nos conectan con este lugar metafísico de la pertenencia. Estas nociones están en el centro de cada proyecto que emprendemos, ya que devuelven su esencia a la arquitectura y al diseño: la influencia que tienen en la dimensión humana a lo largo del tiempo.
¿Cómo definís vuestro trabajo multidisciplinar?
Nuestra formación en arquitectura nos dio una base, que ayudó a modelar nuestra forma de pensar. Al principio la gente nos preguntaba si éramos arquitectos, diseñadoras o artistas. Respondíamos que somos dos hermanas que simplemente hacemos lo que amamos y lo que nos mueve. Sentimos curiosidad por cruzar nuestros intereses diferentes y ver los resultados.
¿Fue muy difícil dejar Beirut?
Nuestras vidas cambiaron de un día para otro. Nuestros hábitos, nuestros modos de producción tuvieron que ser reorganizados. Desafortunadamente, ya no tenemos muchos proyectos en el Líbano debido a la crisis humanitaria y económica provocada por la falta de resolución política. Seguimos gobernados por la misma oligarquía responsable de la Guerra Civil, la explosión de Beirut y el colapso económico. Nada ha cambiado en el país, salvo para gran parte de los población que emigró para sobrevivir, lo que provocó una fuga de cerebros y un vacío en Beirut.
¿Vuestros próximos retos?
Dos proyectos residenciales en Venecia y en Atenas. Y otro de ámbito público en la Avenida Alserkal en Dubái, en el que diseñamos el paisaje urbano, con patios, zonas verdes, aceras peatonales, asientos públicos, espacios de reunión... Y nuestro quinto cortometraje sobre las inspiraciones de nuestra colección de "Reconciled Fragments".