5 alimentos para perros que puedes preparar tu mismo
La comida para perros suele llamarse perrarina y aunque estos concentrados industrializados han funcionado a lo largo de décadas para mantener a las mascotas saludables, existe una tendencia que cada día gana más adeptos que promueve la preparación de los alimentos caninos en casa usando 5 ingredientes frescos, crudos y saludables que se usan en la llamada dieta BARF.
Esta dieta, cuyo nombre significa Biologically Appropriate Raw Food (BARF) o Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados, si se dice en español, procura regresar a los caninos de hoy en día, la sana alimentación que tenían sus ancestros salvajes, lo que aportaría más energía y menos enfermedades.
Los platos que componen esta dieta se componen de ingredientes 100 % crudos y se preparan con variaciones de los siguientes ingredientes:
Huesos carnosos crudos
Deben ser, por ejemplo, de cuello, espalda o alas de pollo o pavo.
Falda o costillas de res.
Los huesos deben ser carnosos y crudos pues esa carne es la que ayudará a que se forme una pasta en la boca del perro que elimina todo riesgo al ser ingerido.
El hueso carnoso crudo es el ingrediente que proveerá de energía, proteínas, grasas, minerales, vitaminas, agua, enzimas y antioxidantes el alimento. Entre los minerales que se aportan con los huesos carnosos se cuentan: fósforo, calcio, zinc, magnesio, yodo, hierro y manganeso.
Lo ideal es que los tipos de huesos varíen para que la dieta sea balanceada.
Carne
Se agrega al plato cortes de carne de pollo, pavo, conejo, ternera o cordero, aunque se recomienda que haya más carnes blancas que rojas en la receta. También se aconseja que la carne sea de animales alimentados con pasto y que se verifique que alguna de estas proteínas no causen alergias al peludo.
También se les puede dar pescados crudos, un día a la semana. Se recomienda que sean pequeños, como las sardinas, que además de ser ricas en Omega-3, se pueden comer enteras. Los trozos de salmón son recomendables aunque más costosos.
Vísceras
Hígado, pulmones, riñones, corazón, tripas y otras vísceras se presentan crudas al plato de la mascota porque son un ingrediente fundamental en estas recetas BARF. Lo ideal es que se cambie el tipo de víscera con frecuencia.
Vegetales
En la búsqueda de replicar la dieta de los antepasados de los perros domésticos de hoy, se ha estudiado que los caninos salvajes comen cerca de 20 % de vegetales que proveen fibra y antioxidantes, además de vitaminas y minerales.
El plato debe contener dos tipos de verduras diferentes cada día. Entre las que se pueden escoger se cuentan: espinacas, zanahorias, acelgas, lechugas, coliflor, kale, calabacín, espárragos y auyamas.
Las verduras pueden ser crudas o ligeramente cocidas.
Frutas
Las frutas son opcionales y no ocupan más del 5 % de la comida en el plato.
Las mejores frutas para los caninos son: Manzana, pera, banana, albaricoque, melocotón, mango, lechosa o papaya, fresas, melón, sandía o patilla.
Huevos
Son opcionales y se incluyen crudos. Pueden entrar en los platos como ingredientes dos o tres veces a la semana.
Alimentos prohibidos
Huesos cocinados y sin carne: Deben ser crudos y carnosos
Alimentos fritos: El exceso de grasa es dañino para los perros
Uvas: Pueden causar una insuficiencia renal repentina y aguda. Tampoco deberían ingerir pasas pues son igualmente tóxicas.
Cebollas y ajo: Dañinos para los perros en cualquiera de sus versiones, frescos, cocinados o deshidratados pues afectan los glóbulos rojos causando anemia y consecuente falta de oxígeno.
Chocolate: Los perros no son capaces de metabolizar la Teobromina, un compuesto químico presente en el chocolate, especialmente en el chocolate negro. Puede provocar la muerte.
Los porcentajes
Huesos carnosos crudos como cuello, espalda o alas de pollo: 40 a 50 %
Carne: 30 a 40 %
Vísceras: 10 a 15 %
Frutas y vegetales: 10 %
Huevos: complemento
Frutas y vegetales para variar la receta:
Manzanas: Vitaminas A y C, fibra y antioxidantes
Melón: Vitaminas A y C, betacaroteno y ácido fólico
Zanahorias: Vitamina A y potasio
Bananas: Potasio, magnesio, vitaminas B6 y C
Calabaza: Calcio, magnesio, zinc, hierro, fósforo y vitaminas A, B y C
Espinaca: Vitaminas A, B, C y K, calcio, hierro, magnesio y potasio
Batata: Vitaminas B6 y C, betacaroteno
Sandía o patilla: Potasio, betacaroteno y magnesio, vitaminas A, B6 y C
El inventor
En los años 90, el veterinario australiano Ian Billinghurst desarrolló la dieta BARF para alimentar a perros y otros animales, basándose en la alimentación ancestral de lobos y perros salvajes.
La mayoría de las dietas caseras para perros que se preparan hoy en día en el mundo occidental, se basan en las propuestas de Billinghurst en sus libros “Give Your Dog A Bone” de 1993 y “The BARF diet” de 2001.
Bilinghurst dice que la dieta BARF es muy simple. Señala que para llenar el plato de la mascota se puede usar toda esa comida saludable y cruda que se encuentra en la naturaleza, incluyendo a esos pequeños animales que cazaban los antepasados de los perros domésticos de hoy en día.
Carne, huesos, vegetales, frutas, todos son ingredientes bienvenidos para imitar esa dieta "salvaje", con la diferencia de que ahora pueden conseguirse fácilmente en el supermercado de la esquina.
El veterinario creador de BARF dice que una vez que los dueños de los perros entienden los principios de esta dieta, se darán cuenta de lo simple que es y de su fácil aplicación en el día a día.
Billinghurst aclara que la idea de esta dieta salvaje no es devolver a las mascotas a la naturaleza pues este ambiente es peligroso, no cuenta con las atenciones que los humanos les dan a sus animales domésticos, y pueden exponerlos a luchas con otras especies cazadoras que sí están acostumbradas a esa atmósfera "cruda".
Puntos a favor de BARF
Los defensores de la comida cruda para los perros señalan que los alimentos procesados pasan por un proceso de calor tal que los nutrientes y enzimas quedan reducidos e incluso destruidos. Lo cierto es que la comida industrializada para las mascotas debe recibir suplementos de vitaminas y minerales para reponer los nutrientes que se perdieron con el calor, pero no se logra el mismo efecto enriquecedor, según los defensores de la dieta BARF.
Al haber más nutrientes naturales, se produce un aumento de la vitalidad y energía de las mascotas. Los defensores de esta dieta señalan que la comida industrializada aporta un exceso de carbohidratos que no es bien procesada por el metabolismo de los perros y de ahí que engorden o acumulen grasa.
Aumenta la masa muscular.
Las articulaciones del peludo se hacen más flexibles porque los ácidos grasos en estado natural mantienen la elasticidad de las coyunturas, las desinflaman y reducen los posibles dolores.
El pelo se pone más brillante y suave porque las proteínas crudas proveen al organismo de la mascota ácidos grasos en estado puro.
Hay una mayor hidratación de la mascota.
Hay más resistencia a los parásitos.
Otro punto a favor de la comida cruda está en el hecho de que parte de los alimentos secos o enlatados se pegan de los dientes de los perros, lo que permite que las bacterias se adueñen de sus bocas causando mal aliento y malestares que repercuten en el resto del organismo.
Existen críticas a esta comida hecha en casa y con alimentos crudos, sobre todo por la posibilidad de que los animales se intoxiquen, tengan alergias, exceso de vitaminas o se vean atragantados por algún hueso.
De ahí la importancia de que la preparación en casa de las comidas de nuestras mascotas se haga bajo un estricto control veterinario.
Entre las críticas se cuentan:
Falta de nutrientes. Puede haber falta de vitaminas y minerales si no se escogen bien los ingredientes.
Exceso de nutrientes. También puede haber exceso de vitaminas o de minerales si se exceden en la proporción de carnes o vísceras según el tamaño de la mascota.
Falta de frescor. Se debe confirmar que los alimentos que se agregan al plato BARF sean frescos y sean un peligro que pueda causar infecciones.
Gérmenes frescos. Las proteínas crudas pueden contener bacterias, parásitos u otros agentes patógenos que por lo general son destruidos durante la cocción.
El peligro de los huesos. Los huesos crudos también pueden perder fragmentos o astillas que causen heridas en la boca o en el tracto gastrointestinal. Además, pueden ser causantes de estreñimiento.
Muy duros. Los huesos duros son capaces de romper dientes, encías y lengua.
Cuidado con los enfermos. La dieta cruda no es recomendable para los animales inmunodeprimidos.
Atención a la dieta de los ancianos. Si el perro ya es viejito y toda la vida ha consumido alimentos procesados, lo mejor es no cambiar a comida cruda.
Cada peludo tiene su dieta
El veterinario de cabecera dirá cuánta cantidad de comida debe ingerir el perro de la casa tomando en cuenta:
Peso actual
Peso ideal
Edad
Ejercicio que hace a diario.
Por lo general, la cantidad recomendada varía entre 1,5 y 10 % del peso del perro, según lo activos que son y los años o meses que tenga.
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